Mantiene una conversación sagrada
aunque sea un arte moribundo. Sonríe,
por turnos es en parte adulador hoy,
en parte Oberfüher. Sabe cuál
es el secreto.
De la delgada cartera de mano salen
mapas de todo el mundo:
desiertos, océanos,
fotografías, obras de arte-,
allí está todo, todo allí
para la pregunta
cuando las puertas se abren violentamente,
o se cierran de un portazo.
En las vacías
habitaciones todas las noches cena
solo, ve la televisión, lee
el periódico con una lujuria
que empieza y termina en las puntas de sus dedos.
No hay Dios,
y la conversación en un arte moribundo.
"El vendedor del libro del mundo’- Raymond Carver
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