21 abr 2011

"Te hiciste el snob y le dijiste a ella "te voy a llevar a ver una película impresionante. El retrato de la cultura de los 80 (o al menos eso ponía en la revista que compraste en la gasolinera esa misma mañana para poder copiar tu opinión personal) y luego vamos a cenar en el nuevo restaurante de Tony Manus en Tribeca".
¡Pobre necio!.
Lo único que conseguiste fue asustarte durante todo el metraje, arrepentirte de haber ido con ella, temer que aquello fuese real. Ella, por descontado, sólo bastaba con verla, salió asqueada y con la idea en la cabeza de que eras un depravado. ¿Lo eres?. Acabaste volviendo solo a casa y alquilando un par de películas porno, de esas que solía yo ver en el canal de pago, que te hicieron sentir más culpable todavía y que devolviste sin tan siquiera ver.
En realidad Ellis sí que captó a la perfección el loco y desorbitado ambiente de los años 80, y Harron lo traspasó a la gran pantalla con suma elegancia y perfección catártica y aséptica... Aún me estremezco al recordar esos increíbles títulos de crédito.
Era una buena época aquella de los 80. Todo valía. Pareciera como si todos siguiéramos la doctrina de Aleister Crowley de "haz lo que quieras será toda la Ley". De ella hicimos nuestra bandera, experimentando con música, con drogas, con sexo... (con muertes algunos como yo), anulando al individuo, promoviendo el materialismo sin control. Creando monstruos cotidianos y conformistas.
Y no me intentes convencer de que tengo una visión distorsionada de la realidad, de que estoy vacío, porque no es así, ni creas que soy un espejismo que no existe, porque algún día te llevarás una sorpresa.
Tengo el alma podrida, pero eso sólo lo sé yo. Y tú no sabes nada de mi vida pasada. Sólo conoces lo que yo te muestro ahora."

"American Psycho" - Bret Easton Ellis

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